martes, agosto 17, 2010

¡Libertad!

Algunas veces vivimos nuestras vidas encadenados, sin saber que nosotros tenemos las llaves


Montaigne

lunes, agosto 16, 2010

Tú eres el resultado de ti mismo.

Hay cosas que parecieran ser lógicas, aún así acostumbramos a dejarlas de lado, les dejo un texto para analizar, reflexionar y lo más importante : Accionar.

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No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente Tú, has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote.

Nunca te quejes del ambiente o de quienes te rodean, hay quienes en tú mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como niño.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si Tú has sido el ignorante, el irresponsable, Tú, únicamente Tú, nadie pudo haber sido Ti.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas, sin alimento, morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo.

Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.

Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque Tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer. Tú eres la parte de la fuerza de la vida.

Por Pablo Neruda.

viernes, agosto 06, 2010

Yo soy mi héroe.

Autores: Camila Abarca, Fabrizio Bastias.-


Tal como decía Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia” , erradicamos nuestras acciones en cuestiones predeterminadas: culturas, sociedades, barrios, familias, amigos, un todo imposible de globalizar en un concepto, he aquí donde cada una de las acciones las tendemos a calificar de cobardes, egoístas, ególatras, ridículas, ingenuas, inteligentes, alegres, valientes, heroicas (…) ¿el sistema determina la calificación de una acción?. Nos detendremos a desmenuzar, enfocados principalmente en el último adjetivo <> ¿es un determinante la cultura para focalizar a un héroe?

Lo anterior nos consigna definir que es realmente un héroe, Aristóteles ya señalaba a en su Poética la imitación de personajes (1) pintando a los personajes mejor de lo que son en la realidad (2) pintándolos como son en la realidad (3) Haciéndolos parecer peores de lo que son en la realidad. Si preguntamos al azar cual de las tres descripciones se asemeja más a un héroe probablemente la más recurrida sea la primera: pintar a los personajes mejor de lo que son en la realidad, para los visionarios, casi con enormes éxitos, un gran curriculum; para lo mas públicos: políticos reformistas, grandes revolucionarios , para los más “expresivos” padres que no sólo realizan una tarea a la vez, capaces de todo por los que aman, para los fantásticos: personas con superpoderes, capaces de volar, fuertes ante todo, en fin, todos los anteriores altamente admirados.

¿Por qué resulta ser está opción la más recurrida? No resulta al azar plantear personas exitosas, a veces súper poderosas o que han marcado grandes hitos, buscamos en nuestros héroes satisfacer expectativas, vemos en ellos lo que nos gustaría ser o hacer, todo lo anterior marcado por pautas culturales, probablemente un Presidente de la Republica sea héroe para muchos, independiente de la gestión, ya que el sólo hecho de ocupar una investidura ansiada por múltiples seres lo hace atractivo; ¿què es lo que intentamos decir con aquello? Si no existiesen seguidores tras el protagonista probablemente no existirían los héroes, ni tendríamos que discutir acerca de cosas que sentimos imposibles realizar. Un héroe no es tal por si solo, si no porque ciertas personas se ven reflejados en él.

¿Por qué buscamos características que debiesen ser propias de nosotros, en “héroes” ajenos? Probablemente por inseguridad, limitaciones, la necesidad de aferrarse algo superior y exacerbadamente bueno, claro está cuando fijamos como héroe a un Dios, del que, inconcientemente, dependemos, actitudes casi dogmáticas ¿es importante asentar cánones?

Convencidos, señalamos que es una oda a la libertad tener como referente de héroe la segunda opción que nos presenta Aristóteles <>, nos declina a aterrizar características fantásticas a un par, al que ya no vemos como ente superior, e incluso más, características que pudiesen ser sin ningún problema nuestras. Lo importante es reflexionar acerca de nuestra capacidad para enfrentarnos a la realidad, ser capaces de modificarla, reflexionarla, buscar nuestra verdad, siempre con el respeto que nos exige nuestro ímpetu de seres revolucionarios: la libertad, fraternidad e igualdad.